Aluminio: metal ligero, daños graves

Latas de aluminio compactadas © Ishikawa Ken / Flickr - CC BY-SA Tala de la selva con maquinaria © Rainforest Action Network ( (CC BY-NC 2.0)

Coches, aviones, ventanas y envases: se supone que el aluminio nos facilita la vida. Al mismo tiempo, sin embargo, la extracción de su materia prima, la bauxita, y su posterior transformación en aluminio causan graves daños a los bosques tropicales.

Se talan enormes áreas de bosque primario para abrir minas de bauxita. Al mismo tiempo, se construyen enormes centrales hidroeléctricas y se inundan tierras de comunidades indígenas para su procesamiento, el cual consume mucha energía. Los lodos tóxicos rojos producidos en las refinerías de alúmina contaminan severamente el medio ambiente.

Información sobre el aluminio en 5 minutos

Definición: ¿Qué es el aluminio?

Tala de la selva con maquinaria © Rainforest Action Network ( (CC BY-NC 2.0)

El aluminio es el tercer elemento químico más común (Al) y el metal más común de la corteza terrestre. Se presenta en forma de óxidos y silicatos de aluminio y se extrae del mineral bauxita. Los países productores más importantes son Australia 29%, China 19%, Guinea 18%, Brasil 10%, India 7%, Jamaica 3% e Indonesia 3% (GIZ - BGR 4-2021). Con la excepción de Grecia, no hay depósitos de bauxita significativos en Europa.

El metal blanco plateado es especialmente ligero y fácil de moldear. Sus aleaciones de aluminio tienen gran resistencia. En la superficie del aluminio se forma rápidamente una fina capa de óxido de aluminio en reacción con el aire y el agua, que lo protege contra posterior corrosión.

¿Para qué se utiliza el aluminio?

Los principales ámbitos de aplicación del aluminio a nivel global se ecnuentran en la industria del transporte automovilístico, aviación, ferroviaria y marítima; y en la construcción, tanto en ventanas, como puertas y otros elementos estructurales. Estos dos sectores absorben aproximadamente la mitad del aluminio que se produce. La otra mitad en sectores como el de la electricidad, maquinaria y electrodomésticos ela industria del envasado.

En Alemania es la fabricación de vehículos. En 2019, el 47% se destinó al sector del transporte. Otros usos del aluminio son la construcción, un 14%, y la industria del embalaje, un 12%. Le siguen la electronica y la ingeniería mecánica, en un 7% cada una, la industria siderúrgica, un 5%, y los artículos de uso doméstico, oficina, mobiliario y ocio, en un 8% (fuente: Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales (BGR), Nov. 2020: Alemania - situación de las materias primas 2019).

En los turismos convencionales fabricados en Europa se utiliza una media de 180 kg del metal ligero. El aluminio está mucho más presente en los vehículos utilitarios deportivos y coches de lujo, como Jaguar, Landrover y Porsche, así como en los coches eléctricos. El Audi modelo E-Tron pesa 800 kg de aluminio (Fuente: European Aluminium 2019: Aluminum Content in European Passenger Cars).

Muchos productos desechables, como las cápsulas de café, las latas de bebidas y las tapas de yogur, también son de aluminio. Las sales de aluminio también se utilizan como antitranspirantes en desodorantes, regulan la textura de las cremas y son un ingrediente habitual de los medicamentos.

La demanda de aluminio ha aumentado considerablemente en los últimos años. Con consecuencias devastadoras.

¿Qué daños ecológicos causa el aluminio?

Aluminio, la muerte roja

Aunque es el metal más común de la corteza terrestre, el aluminio sólo se encuentra en forma combinada, nunca libre. La extracción de bauxita, su transformación y el refinado en aluminio bruto son especialmente perjudiciales para el medio ambiente y consumen mucha energía. En cambio, el reciclaje del aluminio sólo consume el 5% de la energía necesaria para extraer el aluminio primario de los minerales:

  1. Tala de selva tropical para la extracción de bauxita

    Gran parte de los yacimientos de bauxita se encuentran en países con selva tropical. Para acceder a la fina capa de roca bajo la superficie de la tierra, en Australia, Indonesia, Brasil y Guinea se talan enormes extensiones de selvas y se elimina el suelo. En Porto Trombetas (Brasil), se tala año tras año un área del tamaño de 250 campos de fútbol para dar paso a la extracción de bauxita.

  2. Residuos tóxicos
    El aluminio se extrae de la bauxita mediante complejos procesos químicos que producen por tonelada de aluminio hasta cuatro toneladas de lodos tóxicos, teñidos de rojo por los compuestos ricos en hierro. Estos lodos rojos se almacenan en enormes presas abiertas que periódicamente sufren fugas o roturas de los diques. Los lodos altamente corrosivos han llegado a desbordar pueblos enteros. Los metales pesados tóxicos, como el plomo, el cadmio y el mercurio, transforman los ríos antes vivos en zonas de muerte envenenada. Incluso cuando no hay accidentes graves, las toxinas se liberan en el aire, el suelo y el agua: las personas que habitan en las proximidades de las minas y las fábricas de aluminio se quejan de la contaminación del agua potable, enfermedades de la piel y muerte de los peces.

  3. Alto consumo de energía durante el procesamiento
    Para producir una sola tonelada de aluminio se necesitan 15 megavatios/hora de electricidad, tanto como consume un hogar de dos personas en cinco años. La producción de aluminio consume mucha energía y sólo compensa económicamente si se dispone de mucha electricidad muy barata. Para ello, se están construyendo gigantescas centrales hidroeléctricas por ejemplo en Brasil, y se está inundando la selva y territorios de comunidades indígenas.

    Los efectos negativos del aluminio no sólo se sienten en los países productores. En los productos de uso cotidiano, el metal también puede suponer una amenaza para nuestra salud: las sales disueltas del papel de aluminio, así como los componentes de aluminio de los desodorantes y los medicamentos, pueden acumularse en nuestro organismo y existen sospechas de que pueden causar cáncer y Alzheimer. Hacer un consumo informado y consciente también ayuda a que las empresas se replanteen sus políticas.

Los efectos negativos del aluminio no sólo se sienten en los países productores. En los productos de uso cotidiano, el metal también puede suponer una amenaza para nuestra salud: las sales disueltas del papel de aluminio, así como los componentes de aluminio de los desodorantes y los medicamentos, pueden acumularse en nuestro organismo y existen sospechas de que pueden causar cáncer y Alzheimer. Plantear un consumo informado y consciente también ayuda a que las empresas se replanteen sus políticas.

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