Gran Chaco Sudamericano

Chaco seco en Paraguay © Tierra Libre Vista aérea del bosque del Chaco paraguayo © Initiativa Amotocodie

Paraguay, Argentina y Bolivia, y en menor extensión Brasil comparten la ecorregión transnacional del Gran Chaco Sudamericano. Después de la Amazonía, constituye la última área boscosa significativa del continente: Con un 30% de su superficie original, es la mayor extensión medianamente preservada de bosques secos del mundo, considerada prioritaria para la conservación de la diversidad biológica.

Esta ecorregión posee diversidad de climas, y por tanto de ecosistemas: bosques dominados por quebrachos, humedales sabanas, arbustos abundantes, palmares y pastos, entre otros. Situado en las planicies centrales del continente, las más extensas y menos pobladas de América del Sur. Conecta áreas tropicales con áreas templadas y limita con otras ecorregiones entre las que destaca al norte la selva Amazónica. Es, después de ésta, el segundo bioma del continente en extensión.

Más de 100 millones de hectáreas, habitadas por una rica biodiversidad animal y vegetal única en el mundo pero amenazada por la deforestación consecuencia de diferentes modos de explotación insostenible y al manejo poco adecuado. El yaguareté (jaguar), del que quedan apenas un par de centenas de ejemplares, el puma, el pecarí (Catagonus wagneri), el oso hormiguero, el carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris), el aguará guazú, el armadillo, el tapir, el guanaco y el ciervo de los pantanos son algunos de los mamíferos que luchan por su existencia junto a otros aproximadamente 150, 12 de ellas endémicas como el taguá, el cabasú, y el pichi ciego.

Los diversos hábitats permiten al mismo tiempo la existencia de culturas y modos de vida y producción campesinos criollos igualmente variados y arraigados al territorio. Es el territorio ancestral para numerosos pueblos originarios como el pueblo Diaguita, el Wichí, el Pilagá y el Qom, el Mbayae y los Ayoreos entre muchos otros. En total, 9 millones de personas pueblan esta ecorregión cada vez más vulnerable debido al cambio climático, consecuencia de las grandes deforestaciones por el avance de la frontera agrícola y ganadera y por las consecuentes sequías, cada vez más prolongadas. Estas afectan a su vez y cada vez más a las lluvias, y así a la disponibilidad de agua, de suelos y a los cultivos. El clima, que se caracteriza como continental, es ya de por sí, extremo, y hay extensas áreas afectadas por las inundaciones y las sequías extremas.

La altura promedio es de 200 metros s.n.m. y los cambios de relieve conforman un sistema de lagunas al Este del río Paraguay. Las acumulaciones subterráneas de agua, forman importantes acuíferos, actualmente en peligro por la contaminación, los desmontes, las construcciones y la falta de regeneración de su agua dulce.

Los límites naturales del Gran Chaco no coinciden con los políticos. Argentina alberga del 59% del bosque del Chaco que se extiende por 13 provincias, incluida la del mismo nombre. El 23 % en Paraguay (3 departamentos), el 13 % en Bolivia (3 departamentos) y tan sólo el 5 % en Brasil (1 estado).

No es un ecosistema homogéneo, sino que sus planicies se distribuyen en Chaco Húmedo y Sub húmedo, Chaco Semiárido, Chaco Árido y Chaco Serrano.

Se puede distinguir también entre el Alto Chaco y el Bajo Chaco. El Alto Chaco se ubica en el oeste y noroeste, mientras que el Bajo Chaco se encuentra en el este y sureste de la ecoregión.

Por otro lado, según el nivel de humedad el mayor contraste se da entre el Chaco Húmedo del sureste que está caracterizado por extensas sabanas de karanda'y (copernicia alba), con humedales, esteros, islas de bosques subhúmedos, y bosques en galería, y el Chaco Seco del noroeste donde las formaciones vegetales dominantes son el bosque seco y los matorrales. En el medio entre estos extremos se encuentra una zona de transición, el Chaco semi-húmedo.

Chaco Argentino

Con 60 millones de hectáreas representa el 60% del Gran Chaco Americano. Se extiende por trece provincias principalmente del norte, tres de ellas en su totalidad (estas son Chaco, Formosa y Santiago del Estero y aquéllas Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, San Juan, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Corrientes). Por este motivo, uno de los problemas para su protección es que está regido por trece normativas diversas y no hay una política común que se pueda aplicar a toda su extensión. Su densidad de población es de un habitante por kilómetro cuadrado y es territorio ancestral de al menos nueve de los castigados pueblos originarios argentinos.

Su superficie boscosa está en continua disminución a pesar de la aprobación de la Ley de Bosques de 2007, debido entre otras causas a la inexistencia de sanciones efectivas, así como al incumplimiento de las leyes y sentencias que le dan protección. El 80% de la deforestación actual de Argentina se produce en el Gran Chaco.

Chaco Paraguayo

 

La planicie del Chaco Paraguayo es parte del Chaco Boreal; limita al Oeste con la Argentina –de la que está separada por el río Pilcomayo– y en el Norte con Bolivia –con frontera seca. La misma ocupa el 61 % del territorio nacional de Paraguay y abarca una superficie de alrededor de 247.000 km2 que representa casi el 25 % del Gran Chaco Sudamericano, es decir, una importante parte de la ecorregión.

Biogeográficamente está conectado con las ecorregiones vecinas: Mato Grosso, Pantanal, Bosque Semi-seco Chiquitano, Bosque Atlántico del Alto Paraná y Región Subandina.

En el Chaco Paraguayo, se pueden distinguir entre 7 y 12 ecosistemas particulares que a su vez constituyen espacios de vida de diversos Pueblos Indígenas.

La colonización del Chaco y la implantación del modelo de desarrollo no sostenible impulsado por los grupos dominantes tiene como consecuencia la deterioro ambiental y la crisis de los pueblos indígenas. La tierra se concentra en las manos y en el poder de dichos grupos dominantes, que expanden la frontera agroganadera de manera incontrolada llevando a la pérdida del control indígena sobre los bienes hídricos y biológicos. Las actuales estrategias político-económicas y territoriales vigentes en esta ecoregión apuntan en forma muy masiva la entrega del territorio a empresas mineras y petroleras.

Los especialistas lo consideran un área prioritaria de conservación, pero su deterioro es preocupante mientras los ecosistemas y pueblos indígenas del Chaco están en grave peligro. Un problema cada vez más presente son los incendios forestales de grandes dimensiones.Y el deterioro socioambiental, que se acentúa aún más por el cambio climático.

Fuente para Paraguay: Tierra Libre

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