Impactos de la pandemia sobre los pueblos indígenas

Dos personas cruzan el río Tanabang Muchos pueblos indígenas son especialmente vulnerables a la crisis sanitaria (© Dario Novellino)

La reacción urgente que tomaron algunas comunidades indígenas ayudó a demostrar que tomar las medidas apropiadas desde el principio de la crisis pueden reducir y controlar drásticamente la transmisión de esta enfermedad, por lo que pedimos el máximo de atención y precaución. En otros lugares no se ha contenido y existen ya primeros casos de infección con Covid19.

Hemos recopilado algunas informaciones a las que están dando difusión a través de diferentes medios las federaciones y organizaciones indígenas con las que colaboramos. No es exhaustiva, se actualizará en la medida de las capacidades de trabajo en los tiempos que corren.

Los pueblos indígenas son doblemente vulnerables a la actual pandemia de coronavirus. El Mecanismo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (MEDPI) a advertido que los grupos sufrirán de forma desproporcionada el alcance de la pandemia.

Una generalidad es que no existen planes de contingencia para enfrentar la pandemia en las comunidades indígenas.

Muchos pueblos indígenas poseen particularidades como son que muchos de ellos viven en aislamiento o relativo aislamiento, hablan lenguas propias a menudo sin acceso a la comprensión de la lengua mayoritaria, tienen culturas propias y propios sistemas de gobernanza. Muchas veces son los grandes olvidados. Viven vidas respetuosas y cercanas a la naturaleza, a menudo en condiciones de aislamiento, dificultades de comunicación y acceso a la información y acceso reducido a algunos servicios básicos como el saneamiento. Hay que recordar que históricamente los pueblos indígenas ya padecifo enfermedades traídas por los colonizadores blancos.

Habitan en general regiones que sufren grandes presiones de la minería, la extracción maderera y la expansión de los monocultivos agrindustriales como el de la palma aceitera todos los cuales constituyen modos de acaparamiento de sus territorios ancestrales y modos de vida tradicionales. Sin olvidar los proyectos de carreteras e infraestructuras al servicio de los anteriores extractivismos. Frente al gran número de conflictos que genera este asalto sobre los recursos naturales y los territorios, los pueblos indígenas son los defensores de los últimos remanentes de selvas y bosques del mundo, los que mantienen los territorios con vida. Y es precisamente en este contexto de defensa de la tierra y los territorios en el que irrumpe la expansión global de la pandemia de Covid19.

Muy especialmente durante el período de cuarentena y mientras dure la pandemia es necesario impedir la entrada de invasores y acaparadores de tierras a los territorios y de este modo, algunos pueblos indígenas han logrado controlar su contacto con la enfermedad.

En este contexto desventajoso, sufren además una elevada cuota de discriminación y desigualdades. Sin embargo, reciben pocos o ningún recurso de parte de los estados, y el olvido y el abandono no es nuevo. Frecuentemente tienen que desplazarse largas distancias para recibir servicios sanitarios, que en gran parte han sido privatizados y resultan por eso inaccesibles. Muchos sistemas de salud tienen muy pocas posibilidades de hacer frente a esta emergencia a nivel local. Algunos pueblos indígenas tienen mayores dificultades en el acceso al agua, a una alimentación completa desde el punto de vista nutritivo, y mismo a la información veraz y clara sobre la situación y cómo les afecta.

Los pueblos indígenas han expresado temor por sus mayores, por su mayor vulnerabilidad a la enfermedad provocada por el coronavirus. En muchas comunidades, las personas ancianas a menudo ostentan posiciones de autoridad, liderazgo y son transmisores del conocimiento ancestral. También están a cargo de muchos rituales y portan el conocimiento de la medicina tradicional. Por todo ello, se les asigna una posición influyente que a menudo las personas mayores de las sociedades occidentales pierden tras su abandono de la vida laboral.

Las confederaciones indígenas con mayores capacidades de elaboración, adaptación y distribución de información están trabajando en preparar materiales informativos y educativos que incluyan entre otras las recomendaciones dadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además de sus propias organizaciones de base y federaciones indígenas, algunos medios de comunicación y organizaciones están colaborando en su difusión.

Estas son algunas situaciones que enfrentan los pueblos indígenas y que se han difundido a través de mensajes y redes sociales.

DESDE ECUADOR

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana CONFENIAE advierte que “los pueblos, nacionalidades y comunidades indígenas y rurales del Ecuador están en especial vulnerabilidad frente al azote de la actual pandemia por las condiciones de desigualdad, exclusión y discriminación y por el relativo aislamiento geográfico”.

Catástrofes y accidentes no perdonan: inundaciones, crudo pesado

Toda esta vulnerabilidad a la que alude se ha hecho claramente patente en el caso de algunas comunidades amazónicas como la de Sarayaku, la cual ha sufrido una inundación a causa del desborde del río Bobonaza, precisamente en el momento en el que la pandemia comenzaba a extenderse por el Ecuador. Debido a ello, y también al olvido habitual que ya sufren en general las comunidades apartadas como Sarayaku, apenas han recibido atención y ningún apoyo oficial. Al mismo tiempo, la presión sobre los territorios continúa afectando como siempre al abastecimiento de alimentos por la ocupación de los territorios.

Escribiendo estas líneas supimos de la rotura de los oleoductos SOTE y OCP tras un hundimiento de tierras en el río Coca, en el sector San Rafael, situado en el límite de las provincias de Napo y Sucumbíos. De la misma te informamos aquí con más detalle. Debido a estos hechos actualmente 150 comunidades se encuentran sin agua ni comida.

Minería a pesar de la catástrofe sanitaria

La minería opera sin control aprovechando la emergencia sanitaria en algunas comunidades del norte de la provincia de Esmeraldas, en este caso en la bioregión del Chocó. Las comunidades Afro, Awá, Chachi y Épera que habitan la región están doblemente amenazadas con la permisividad con respecto a esta actividad en este preciso momento de emergencia sanitaria al escasear el agua en las comunidades. Denuncian que sus ríos están siendo contaminados por las actividades mineras, que se han intensificado durante la declaratoria de emergencia sanitaria. La situación es aún más crítica para estas comunidades que carecen de agua potable o apta para el consumo humano, pues, en medio de la cuarentena, los tanqueros no llegan a proveerles de agua limpia. Estos hechos se agravan con la presencia de personas ajenas a las comunidades que pueden acarrear posibles contagios.

También al sur del Ecuador, están amenazados los territorios inígenas por el COVID-19 y el extractivismo. A la presencia amenazante de empresas mineras de Canadá, Australia y China se suma una invitación que siete miembros de las comunidades Shuar de Warints y Yawi, aceptaron para asistir en marzo 2020 a Toronto, a la conferencia anual de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Minas de Canadá (PDAC). Al regreso de estos viajeros - que ignoraron la decisión de la asamblea del Pueblo Shuar Arutam de rechazar categóricamente la minería en su territorio-, dos familiares inmediatos murieron con síntomas similares a COVID-19. Y al menos otros 8 miembros de las comunidades Shuar muestran síntomas.

Más de 100 organizaciones, entre ellas Salva la Selva, expresaron solidaridad con el Pueblo Shuar Arutam en una carta repudiando a empresas mineras por exponer a los pueblos Indígenas a este grave riesgo.

DESDE COLOMBIA

Hasta el 6 de abril, tan sólo se habían identificado cuatro casos de coronavirus en dos comunidades en los departamentos Nariño y Norte de Santander. Toda Colombia está en cuarentena desde el 25 de marzo y ahí ha llegado una de las peores noticias por la crueldad. Los grupos armados han aprovechado el confinamiento que hace localizables a sus víctimas para asesinarlas, así ha sucedido a dos indígenas embera al norte del departamento Valle del Cauca resultando heridos de gravedad otras dos personas de la misma familia. La violencia está tan presente como siempre.

Los indígenas embera han reportado además la explosión de al menos 10 granadas y hay comunidades que atrapadas en medio de enfrentamientos armados que controlan el confinamiento a su antojo. Grupos armados como las FARC y ELN junto a otros grupos delictivos controlan algunas regiones en las que publican comunicados con anuncios de que la cuarentena es dictada por ellos, y que la harán cumplir “a sangre y fuego”. los departamentos más peligrosos para los líderes en Colombia son Cauca, Antioquia, Chocó, Córdoba y Norte de Santander. Algunos se preguntan si el crimen organizado saldrá aún más fortalecido tras esta pandemia y afirman que el confinamiento se ha convertido en un “un aliado» para extender su control territorial”.

Como respuesta, algunos pueblos indígenas han establecido numerosos puntos de control y cerrado sus territorios.

El cierre de territorios impide además en algunas zonas a los grupos delictivos el tráfico de armas y drogas y provoca la respuesta violenta. En Colombia la emergencia, además de sanitaria es humanitaria. Muchos indígenas se encuentran desplazados y sufren las consecuencias de manera más agravada. El gobierno a lo sumo ha distribuido algunos miles de canastas familiares básicas. Faltan medicamentos y otras ayudas. La gente no puede salir a trabajar en el sustento, que se procura de forma diaria en muchas regiones rurales.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) dio a conocer varios atentados en 4 municipios del departamento del Cauca a manos de las FARC, que ya no participan del conflicto armado sino que sus disidencias ejercen la delincuencia.

Chocó y Cauca habrían siendo dos de los departamentos con más contagios para los indígenas en un primer momento. Sin embargo, ya entrando en mayo, en Leticia, capital del Amazonas colombiano, 526 personas resultaron afectadas por el coronavirus y 23 han fallecido. Se trata de una zona fronteriza con Perú.

DESDE PERÚ

En Perú, se requiere una estrategia adaptada al contexto de los pueblos y territorios indígenas, tal y como reclaman los dirigentes.

Como en otros países, algunas comunidades indígenas tanto de la región de los Andes como en la Amazonía, han venido practicando un aislamiento voluntario, cerrando sus comunidades y evitando la entrada de personas externas a los territorios para evitar los contagios. A pesar de ello, varias regiones amazónicas están gravemente afectadas.

Actualmente, hay más de 1700 casos confirmados de COVID -19 en Loreto, y más de 1300 en Ucayali que son las regiones amazónicas con con mayor número de personas contagiadas en Perú. Sin embargo y a pesar de las precauciones se reportaron tempranamente los primeros contagios en la Amazonía peruana, concretamente en una comunidad shipibo-conibo. Posteriormente se informó a través del medio Mongabay Latam, que se han dado casos de contagiados entre la dirigencia de organizaciones indígenas, y en la comunidad de Bellavista de Callarú, en la frontera con Colombia y Brasil, la cual está en situación crítica con al menos 60 personas afectadas y ha habido los primeros fallecimientos. Las comunidades no cuentan con equipos de protección para la prevención de los contagios. Existe gran preocupación en las comunidades ante la situación incierta y la falta de atención sanitaria, que se requiere con urgencia, así como decisiones acerca de como enfrentar la situación en los territorios que no cuentan con hospitales cercanos ni siquiera consultorios médicos. Tampoco los hospitales de la región, en este caso el de Pucallpa cuenta con todo el equipo necesario.

La propia viceministra de interculturalidad del Ministerio de Cultura, Ángela Acevedo, habría reconocido que la situación de los pueblos indígenas es complicada y las deficiencias han están haciendo evidentes durante esta pandemia.

Hay que encarar además la cuestión de acceso a la alimentación equilibrada y suficiente y el agua potable. También tienen enorme importancia tanto el acceso a la información como las comunicaciones a través de internet, que en esta situación son más necesarias y urgentes que nunca.

Personas y pueblos indígenas en emergencia especial

Muchas personas de diferentes etnias indígenas se encuentran en situación de desplazamiento interno o externo, en campamentos de refugiados, en centros o instituciones de detención, o como migrantes en situaciones administrativas irregulares, precarizados y sin papeles. Todas estas personas corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad y no poder recibir la atención adecuada.

En Sudamérica existe un pequeño número de pueblos indígenas en aislamiento voluntario, en Brasil, Venezuela, Perú y Ecuador, extremadamente vulnerables a enfermedades. Es estrictamente necesario prohibir el acceso a sus territorios y protegerlos.

DESDE ARGENTINA

También en Argentina se van sucediendo las informaciones relativas a la situación de los pueblos indígenas. Se denuncia la atención diferenciada y discriminatoria según la clase social, lo que en estos momentos afecta incluso en caso de enfermedades no relacionadas con la pandemia. Esta discriminación que se puede calificar de racismo se extiende también a establecimientos como los supermercados.

Existen algunas comunidades indígenas que están constantemente amenazadas de desplazamiento de sus tierras ancestrales por los acaparadores de tierras. En algunos casos se han cerrado caminos impidiendo el acceso y traslado de insumos básicos.

La comunidad Wichí de El Carpintero, en la localidad de Fortín Dragones, Embarcación, denuncia el escaso acceso al agua tanto para lavarse las manos como para consumo humano. Otro problema es el saneamiento. Tampoco cuentan con medicamentos, alimentos, leña, ni pueden salir de las comunidades a trabajar para ganar el pan. La situación de las personas mayores también es de emergencia y las posibles ayudas requieren excesiva burocracia que muchas personas no están en capacidad de cumplimentar. El periódico Página 12 informa del asesinato de un adolescente de la comunidad qom Campo Medina, en en Pampa del Indio, provincia del Chaco. En una estancia vecina en la que buscaba alimentos habría sido emboscado por guardias privados y baleado por la espalda, hechos que condenamos enérgicamente. En este y otros contextos se han dado abusos de las fuerzas policiales que se exceden en sus competencias de hacer cumplir la cuarentena y confinamiento.

También se ha dado el primer caso de coronavirus en los pueblos indígenas, en la ciudad de Santa Fe.

DESDE BRASIL

Brasil ha despuntado como el país de Latinoamérica con la situación más desesperada, tanto por la negativa del gobierno de Bolsonaro para asumir la crisis, sino también por cómo a causa de la pésima gestión (más bien no-gestón) golpea actualmente la pandemia en la Amazonía. Por las dimensiones que ha tomado la pandemia en esta región, prepararemos informe aparte sobre este tema.

Otras regiones

DESDE FILIPINAS

Incluso bajo la pandemia de COVID-19, las ejecuciones extrajudiciales y otras formas de violación de los derechos humanos que ya venían sucediendo en Filipinas persisten bajo el gobierno despótico del Presidente Rodrigo Duterte. Organizaciones de Filipinas denuncian que el gobierno de Duterte se muestra incapaz de detener tanto la impunidad como la crisis de salud pública.

Por este motivo, hemos firmado una carta en apoyo a los defensores de los derechos humanos en Filipinas en medio de la actual pandemia de COVID 19. Es necesario exigir además una investigación independiente e imparcial sobre el asesinato del defensor ambiental Ka Jory. Ka fue asesinado el 30 de abril 2020 en Iloilo City y era uno de los organizadores comunitarios del Movimiento Ecológico Madia-as, la mayor organización ambientalista de la región de Panay. Los culpables deben ser arrestados inmediatamente, y se debe hacer justicia rápidamente.

Desde Indonesia

Hemos reportado sobre el robo de tierras en Indonesia, en lugares como Borneo en el contexto de la expansión de la palma aceitera, y actualmente la crisis del coronavirus ha servido de cortina a  injusticias que te contamos aquí.

En conclusión

Las recesiones a nivel nacional que serán el resultado de la crisis sanitaria y la posibilidad real de una depresión mundial agravarán aún más todas estas situaciones, por lo que existe preocupación por la vida de muchos indígenas mueran, no sólo por el virus en sí, sino también por los conflictos y la violencia vinculados a la escasez de recursos, y en particular de agua potable y alimentos.

Para prevenir al máximo, hacemos un llamado a todos los Estados para que cumplan sus obligaciones en materia de derechos humanos, proporcionando atención sanitaria, alimentos u todo tipo de ayuda humanitaria necesaria, sin discriminación.

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