
La industria minera se benefició de la pandemia
El informe "Sin Tregua – Resistencias por la Vida y el Territorio Frente al COVID-19 y la Pandemia Minera" analiza cómo la industria minera avanzó durante la pandemia de COVID-19, aprovechando la situación se profundizando las crisis y desigualdades existentes.

Hemos estado investigando y reflexionando sobre la pandemia y cómo se relaciona con la destrucción de las selvas tropicales y aquí te contamos nuestra conclusión.

Los pueblos indígenas son especialmente vulnerables a la crisis sanitaria por la falta de atención y apoyo estatal con la que no cuentan las comunidades.

Recopilación de algunos recursos y materiales informativos de organizaciones indígenas y ambientales sobre la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

En Ecuador, como en muchos países se califica a la minería como "sector estratégico" para permitir la continuidad de las operaciones, a pesar del riesgo para la población.

Dos años desde la irrupción de la pandemia de coronavirus, una buena ocasión para no olvidar los estragos que sigue causando y las interacciones con los temas que tratamos.
Este informe examina los retos y la resistencia de los pueblos indígenas y las comunidades rurales que enfrentan batallas como la de David y Goliat, para proteger su tierra y su agua de los daños a largo plazo de la extracción de minerales y metales. El informe abarca estudios de caso de nueve países latinoamericanos, desde México hasta Argentina, entre los que se encuentran algunos de los países que fueron más afectados por la COVID-19, región además de grandes inversiones mineras.
Al principio de la pandemia, estas comunidades ya enfrentaban enormes desafíos ante las corporaciones transnacionales deseosas de extraer oro, plata, mineral de hierro, carbón, litio, cobre y uranio de sus territorios. Desde entonces, no han encontrado tregua. Mientras tomaban medidas para protegerse de COVID-19, no podían bajar la guardia, ya que los gobiernos y las empresas se aprovechaban de las restricciones sociales -y del peligro de violencia para los defensores de la tierra y el medio ambiente- para avanzar sus proyectos mineros y seguir posicionando la industria como "esencial" para la reactivación económica y la transición energética. Como resultado, desde América Latina, la pandemia del COVID-19 y las medidas relacionadas parecen haberse hecho a la medida de la industria minera.
Aun así, las comunidades han estado resistiendo y reafirmando la importancia de dar prioridad a la tierra, la alimentación y la salud antes que a las ganancias económicas. Sus resistencias reafirman la necesidad de replantearse seriamente los costes y la necesidad de más minería.
Este informe de 73 páginas es el resultado del esfuerzo de casi dos años llevado a cabo por la Coalición contra la Pandemia Minera, un grupo de organizaciones, redes e iniciativas de justicia ambiental de América del Norte, Europa, Asia-Pacífico, África y América Latina que trabajan en solidaridad con comunidades afectadas por la minería.
El informe regional de América Latina, forma parte de un proyecto de investigación colaborativa global en el que participan socios locales de 23 países documentando la amenaza de perder el agua y el territorio por los impactos a largo plazo de la minería durante la pandemia.
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