Guía de la Madera

Cuando la madera procede de un aprovechamiento sostenible del bosque, respetuoso con la naturaleza y las sociedades, se puede garantizar su legalidad. Esto es válido para la mayoría de las especies locales de madera.

Aquí puedes conocer más sobre madera para interior y exterior, cómo hay que tratarla y cuánto dura.

En interiores bien caldeados, en principio son adecuadas todas las maderas locales de nuestros bosques. Incluso aquellas que como haya, abeto, fresno o alisos no son naturalmente duraderas.

El sol, la lluvia, los hongos, algunos insectos y el contacto directo con la tierra perjudican a cualquier madera. Las especies más resistentes son el algarrobo negro (muy resistente) y el roble (resistente). También son bastante duraderas las maderas de pino, abeto de douglas y alerce.

Existen diferentes procedimientos. Los más amigables para el medio ambiente ya fueron empleados por nuestros antepasados durante siglos: la llamada preservación de la madera de construcción.

La construcción de madera tiene que estar hecha de tal manera que permita que se seque rápidamente después de cada lluvia. Cada parte de la madera debe estar convenientemente ventilada a su alrededor. Hay que evitar acumulaciones de agua y humedad y contacto directo de la madera con la tierra. Los pilares de madera pueden atornillarse en anclajes de acero galvanizado especiales que se encajan o cementan en el suelo.

Retardan la penetración de agua y alargan así la vida de la madera. Tenga en cuenta que el barniz sea poroso, para que permita el secado de la propia madera.

En el mercado existen maderas impregnadas. Como medio de conservación sirven a menudo las sales de boro, cromo o cobre, lo cual no es muy amigable ambientalmente hablando. La oferta abarca sobre todo madera impregnada de pino, que se utiliza mucho para revestir paredes, construir barreras visuales, terrazas, etc.

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