El Banco Mundial seguirá destruyendo selvas

16.801 participantes

Durante 45 años, el Banco Mundial ha invertido en proyectos de palma aceitera. La producción y demanda de aceite tropical barato se han multiplicado desde entonces. Las consecuencias son desastrosas: el aceite de palma causa graves conflictos de tierras, violaciones de derechos humanos, quema de selvas tropicales y muerte de orangutanes. En 2009, el Banco Mundial no ha podido continuar pasando por alto las repetidas denuncias. La financiación de plantaciones quedó temporalmente suspendida y se anunció una nueva política para la palma aceitera. Pero en lugar de rechazar definitivamente toda expansión del aceite de palma, parece el Banco hace lo posible para que todo siga como estaba.

Petición

“”

Leer la carta

Desde 1965, el Banco Mundial ha invertido dos millones de dólares en el cultivo y procesamiento de aceite de palma, la mitad de ellos en Indonesia y Malasia.

Las compañías de aceite de palma como Wilmar Group se beneficiaron una y otra vez de préstamos y fondos de desarrollo del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (CFI), su par para el sector privado. Las plantaciones de palma aceitera se han multiplicado por ocho durante el mismo período en todo el mundo, llegándose en Indonesia incluso a multiplicarse por veintitrés, según el propio Banco. En el total de sus quince proyectos de palma aceitera financiados en Indonesia se encuentra, entre otras, la "implementación exitosa de 100 000 hectáreas de plantaciones de palma aceitera."

Las consecuencias son desastrosas: en el Este de Asia, el cultivo de palma aceitera en expansión es la principal causa de cientos de conflictos violentos por la tierra, deforestación de selva tropical y extinción de especies. Para la producción de aceite de palma se roba a pueblos indígenas sus hogares y se destruyen sus medios de vida. Nuestros parientes más cercanos, los orangutanes encuentran una muerte horrible – se queman en los incendios que se provocan para preparar el terreno para sembrar la palma, mueren de hambre o son macheteados por los trabajadores de las plantaciones de palma aceitera.

También en África y América Latina, el ser humano y la naturaleza sufren seriamente por la constante expansión de los monocultivos para la exportación. El año pasado, el Banco Mundial no pudo continuar ignorando las quejas de las víctimas de la palma aceitera. En agosto de 2009, presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, decidió postergar toda financiación por parte del BM a la industria de palma aceitera y anunció una nueva estrategia integral para el sector. Pero un año más tarde, el Banco Mundial parece querer continuar actuando como antes.

A finales de julio, presentó un "Marco del Banco Mundial para promover la industria de aceite de palma” que resulta ser una farsa. Su supuesta tarea de reducir la pobreza en todo el mundo no se refleja. El Banco Mundial está cometiendo un error crucial en su razonamiento. Quiere promover la producción" sostenible" de aceite de palma, pero la financiación de grandes monocultivos industriales y la producción de grandes cantidades de aceite de palma para el mercado mundial no son ni ecológicamente ni socialmente posibles. El cultivo consume enormes cantidades de recursos valiosos como energía, tierras, suelos y aguas. Además, el cultivo de palma aceitera "certificado" bajo el sello ad hoc de la RSPO no puede bajo ninguna perspectiva cambiar eso. El aceite de palma está presente en innumerables productos: alimentos, productos de baño, productos de limpieza y "biodiesel". Es muy difícil encontrar productos sin aceite de palma.

Este desastroso desarrollo debe detenerse inmediatamente. El 21 de Septiembre ambientalistas de todo el mundo conmemoran el "Día Internacional contra los Monocultivos de Árboles”. Lista de Organizaciones que adhieren a esta carta.

Más información

el-banco-mundial-seguira-destruyendo-selvas

Carta

Estimado Sr. Zoellick,

El 21 Septiembre es el "Día Internacional contra los Monocultivos de Árboles”. Por esta razón, muchas organizaciones y personas de todas partes del mundo nos unimos en esta carta para transmitirle el mensaje siguiente: los monocultivos industriales de palma aceitera no son ni podrán nunca ser "sostenibles". Por este motivo, le pedimos que abandone de forma permanente la financiación de la industria de la palma aceitera. ¡El Banco Mundial debería proteger las selvas tropicales y las personas que las habitan, antes que a las compañías de palma aceitera!

La moratoria del Banco Mundial por usted declarada hace un año con respecto a los proyectos de palma aceitera, fue un paso largamente esperado y en la dirección correcta. Pero el anuncio de que desarrollaría una estrategia global para la palma aceitera, fue sin embargo en la dirección equivocada. El “marco del Banco Mundial para promover la industria de aceite de palma” presentado en julio de 2010 no soluciona los problemas e ignora totalmente las reivindicaciones de las personas afectadas, incluyendo a muchos pueblos de las selvas tropicales en peligro.

El Banco Mundial parte de la falsa suposición de que la producción de grandes cantidades de aceite de palma para el mercado mundial, es posible de manera "sostenible". Pero en la práctica, los gigantescos monocultivos industriales no son ni ambiental ni socialmente compatibles. Tampoco la certificación, ni un sello como RSPO pueden resolver los problemas planteados. Más bien, son utilizados por la industria de aceite de palma como un disfraz verde para continuar su expansión a expensas de las selvas tropicales y sus habitantes.

La producción de aceite de palma amenaza a poblaciones y biodiversidad de las zonas de selva tropical, y devora una enorme cantidad de valiosos recursos como energía, tierra, suelos y aguas. Superficies de tierra libres para la expansión de las plantaciones de palma aceitera no existen, y por eso los bosques tropicales y las turberas son destruidos y las poblaciones que los habitan expulsadas. Debido a que a la mayoría de la población indígena le siguen siendo negados los títulos de propiedad sobre sus tierras, los gobiernos otorgan concesiones a la industria del aceite de palma con el consiguiente menoscabo de los derechos humanos.

El negocio de la palma aceitera dominado por la industria no ofrece a los agricultores ninguna oportunidad. Los pocos puestos de trabajo creados por la industria de palma aceitera se contraponen a la destrucción de los medios de subsistencia de muchas más personas. Aun programas gubernamentales de desarrollo para pequeños agricultores no pueden sobrevivir a las condiciones y precios dictados por la industria de aceite de palma y por el mercado mundial.

Importantes ecosistemas y biodiversidad son destruidos para las plantaciones de palma aceitera, y las reservas de agua son contaminadas. Sin las funciones de reserva y equilibrio de los bosques, amenazan las sequías y las inundaciones. La carga de grandes cantidades de herbicidas, fertilizantes y pesticidas presentes en los monocultivos afectan al suelo, al agua, a la flora y a la fauna..

Los mercados mundiales se inundan de productos que contienen los baratos aceites vegetales tropicales. Mientras tanto, no es posible encontrar productos que no contengan aceite de palma. Esta desastrosa evolución debe detenerse inmediatamente.

Ya en mayo de 2010 (consulte la página http://www.salvalaselva.org/protestaktion.php?id=580) 108 organizaciones ecologistas y sociales de todo el mundo y más de 16.000 ciudadanos han firmaron la petición: "¡¡¡NO financien más plantaciones de palma!!!”


Le saluda atentamente,

Suscríbete ahora al boletín de Salva la Selva

Recibirás alertas de acción y actualizaciones - ¡con tu ayuda seguimos salvando la selva!