Día de Acción Mundial: ¡Detengan la expansión de los monocultivos de árboles!

Monocultivo de árbolesLas plantaciones industriales de árboles no son bosques sino desiertos verdes
699 participantes

Las plantaciones de árboles destruyen enormes superficies de tierras. Su manejo a escala industrial desgasta los suelos y consume cantidades ingentes de agua. En su ambición de obtener ganancias, la industria de las plantaciones de árboles no conoce el respeto a la naturaleza ni a las personas que habitan las regiones por donde se extienden. El próximo 21 de setiembre es Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles. Organizaciones del mundo entero se proponen llevar a cabo actividades en oposición a la expansión de dichas plantaciones. ¡Únanse!

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Las plantaciones de árboles destruyen enormes superficies de tierras. Su manejo a escala industrial desgasta los suelos y consume cantidades ingentes de agua. En su ambición de obtener beneficios económicos, la industria de las plantaciones de árboles no conoce el respeto a la naturaleza ni a las personas que habitan las regiones por donde se extienden.

El 21 de septiembre es Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles. Organizaciones del mundo entero se proponen llevar a cabo actividades en oposición a la expansión de dichas plantaciones. ¡Únanse!

Para dejar lugar a las plantaciones de árboles es necesario disminuir las superficies de cultivo. Los campesinos se quedan sin posibilidades de producir y de abastecer de alimentos a nivel local. Las violaciones de derechos humanos no son una excepción en este contexto. Por diferentes métodos, muchas veces violentos, la población es desplazada para dar paso a los „desiertos verdes“: filas interminables de árboles todos iguales, situados a distancias regulares. Incluso la „madera controlada, procedente de plantaciones“ es tan sólo una expresión de buena voluntad biensonante, con la que la industria celulosa, de papel, contrachapado o agrocombustibles intentan evadir su responsabilidad sobre los daños que se ocasionan. Toda la población es víctima de las plantaciones de árboles.

¡Únase! ¡Firme la declaración!

Junto con otras organizaciones hemos elaborado una declaración pidiendo que se detenga la expansión de los monocultivos de árboles, la cual será entregada ese día a organismos nacionales e internacionales. Todos aquellos que lo deseen pueden adherirse a la declaración (el texto lo puede leer en el recuadro blanco, a la derecha).

¿Qué más se puede hacer?

Todos pueden hacer algo. Si usted o su organización también desean llevar a cabo una actividad, acción, difundir información sobre el grave problema social y ambiental que constituyen los monocultivos de árboles en diferentes lugares del mundo o en su región, encuentra materiales de apoyo en fáciles de bajar, utilizar y/o distribuir en la página web del Movimiento Mundial por los Bosques.

Más información

La Declaración Internacional: ¡Detengan la expansión de los monocultivos de árboles elaborada para el día 21 de setiembre de 2009 ha sido entregada a los siguientes organismos internacionales.

Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (UNFF)

Convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC)

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)

Banco Mundial Bancos Regionales Congreso Forestal Mundial Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD)

Organización Internacional del Trabajo (OIT)

Organización Mundial de la Salud (OMS)

Relator Especial de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas, Sr. James Anaya

Foro permanente de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas (UNPFII)

Secretariado del Forest Stewardship Council (FSC)

Programme for the Endorsement of Forest Certification schemes (PEFC)

Carta

Día Internacional contra los Monocultivos de Árboles
21 de setiembre de 2009

Declaración Internacional: ¡Detengan la expansión de los monocultivos de árboles!

En todas partes del mundo, millones de hectáreas de tierra productiva están siendo rápidamente convertidas en desiertos verdes presentados bajo el disfraz de “bosques”. Las comunidades locales son desplazadas para dar lugar a interminables filas de árboles idénticos – eucalipto, pino, palma aceitera, caucho, jatrofa y otras especies – que desplazan de la zona a casi toda otra forma de vida. La tierra cultivable, crucial para la soberanía alimentaria de las comunidades locales, es convertida en monocultivos de árboles que producen materias primas para exportación. Los recursos hídricos son contaminados y agotados por las plantaciones, al tiempo que los suelos se degradan. Las violaciones a los derechos humanos son moneda corriente, y van desde la pérdida de los medios de vida y el desplazamiento hasta la represión e incluso casos de tortura y muerte. Si bien las comunidades sufren en su conjunto, las plantaciones tienen impactos diferenciados de género, siendo las mujeres las más afectadas.

A pesar de toda la evidencia disponible acerca de los impactos sociales y ambientales de estos monocultivos en países como Brasil, Sudáfrica, Estados Unidos, Indonesia, Malasia, Camboya, Colombia y España, siguen siendo promovidas por una coalición de actores que van desde la FAO hasta las agencias bilaterales, desde el Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques hasta los gobiernos nacionales, desde empresas consultoras hasta bancos privados y de desarrollo.

El motivo real detrás de las acciones de estos actores es simple: apropiarse de la tierra de la gente para que empresas de celulosa y papel, madera, caucho, palma aceitera y, recientemente, también biochar (*), puedan acceder a mayor cantidad de materias primas más baratas para aumentar aun más sus ganancias. El sobre-consumo despilfarrador de los productos de estas plantaciones por parte las naciones del próspero Norte tiene mucho que ver con su expansión creciente.

En respuesta a la publicidad adversa sobre los impactos de las plantaciones de árboles, las empresas han recurrido al uso de mecanismos de certificación, como el FSC, el PEFC, la SFI y la RSPO (**), los cuales les proporcionan credenciales “ecológicas” falsas que les permiten seguir con sus negocios de siempre.

El problema se ha agravado aún más con la llegada de nuevos actores del sector empresarial que apuntan a obtener beneficios del cambio climático, promoviendo falsas soluciones a través del establecimiento de las llamadas plantaciones para “sumideros de carbono”, la promoción de los agrocombustibles – agrodiésel y etanol de madera – y la introducción de árboles genéticamente modificados.

Sin embargo, los planes de las empresas se enfrentan a una oposición creciente. En país tras país, la gente se levanta para oponerse a la expansión de las plantaciones de árboles y un movimiento mundial ha crecido a lo largo de los años, unificando las numerosas luchas locales y ayudando a hacerse oír a quienes sufren por causa de las plantaciones.
En este Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles 2009, el mensaje es fuerte y claro: Las plantaciones no son bosques: ¡detengan la expansión de los monocultivos de árboles!

(*) Biochar: carbón que sería enterrado en el suelo, donde se supone serviría como fertilizante y como depósito de carbono.

(**) FSC (Consejo de Administración Forestal), PEFC (Programa para Avalar Esquemas de Certificación Forestal), SFI (Iniciativa Forestal Sostenible), RSPO (Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible)

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