¡A salvo! Monos narigudos, gatos de Bengala y hembras de loro regresan a la naturaleza
22 mar 2024
Alto al tráfico de especies silvestres: nuestra organización aliada Flight, de Indonesia, libera aves silvestres en cautividad. Recuperarlas de las garras de las bandas de contrabandistas, luchar contra el comercio de aves exóticas y liberar aves cantoras en la naturaleza: los activistas por los derechos de los animales de Flight tienen mucho éxito en su empeño.
Dios amaba a los pájaros y creó los árboles. Los hombres amaban a los pájaros e inventaron las jaulas.
"A principios de marzo rescatamos seis monos narigudos, tres gatos de Bengala y un langur", cuenta Marison Guciano, de nuestra organización aliada Flight - Protecting Indonesia's Birds.
Siguiendo la pista de contrabandistas de aves, suelen rescatar también mamíferos en peligro. Casi todas las semanas logran seguir la pista de una banda de contrabandistas de fauna salvaje. Además de en Sumatra, biajan también a Borneo, Sulawesi, las Molucas y Papúa.
En Kalimantan Oriental (Borneo), consiguieron liberar monos narigudos (Nasalis larvatus), gatos de Bengala (Prionailurus bengalensis) y langures plateados (Trachypithecus cristatus) de las manos de traficantes de fauna salvaje.
Pocos días después, rescataron 40 loris chispeados (Chalcopsitta scintillata) en Sulawesi. Estos hermosos pájaros verdes y rojos procedían de Papúa, al igual que docenas de loris hembra cautivos que Flight había encontrado poco antes.
En febrero de 2024, Flight había liberado casi 7.000 aves, en su mayoría cantoras, como la mayoría de las aves con las que se comercia en Indonesia. Los activistas están especialmente satisfechos con el rescate de 140 loros y cacatúas del este de Indonesia. Una vez rehabilitados, los animales se devuelven a su hábitat natural. Sobre todo las especies más pequeñas no suelen sobrevivir a la captura, el transporte y el cautiverio.
Flight utiliza su instinto criminal para localizar a los traficantes. Y, por supuesto, informa inmediatamente a la autoridad de conservación de la naturaleza, a la policía portuaria y a la oficina veterinaria. Sin las autoridades, no se puede castigar a los responsables.
Gracias a su compromiso con los animales en peligro se han podido desarticular algunas bandas de traficantes en Sumatra. Pero Indonesia es un país grande y aún queda mucho por hacer para acabar con el lucrativo comercio de animales salvajes.