Al rescate del Yasuní: consulta popular para detener la extracción petrolera

Vista elevada del bosque y río en el Parque Nacional Yasuní Parque Nacional Yasuní en la amazonía ecuatorianahttps://www.grida.no/resources/3804/Peter Prokosch (© https://www.grida.no/resources/3804/Peter Prokosch) Caimán negro semi sumergido en un río, en el Parque Nacional Yasuní https://www.grida.no/resources/3817/Peter Prokosch (© https://www.grida.no/resources/3817/Peter Prokosch)

22 mar 2023

El Yasuní, uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, fue en 2007 sinónimo de “dejar el petróleo bajo tierra”, una innovadora propuesta que influenció desde el Ecuador muchos procesos de resistencia al extractivismo alrededor del mundo. A pesar de las dificultades a lo largo del camino, la propuesta sigue viva y enfrenta ahora un momento crítico pero también de esperanza.

La propuesta de dejar el petróleo bajo tierra no contó con la suficiente voluntad política. Ni a nivel nacional del Ecuador ni internacionalmente. Gobiernos e instituciones de todo el mundo tuvieron la oportunidad de compensar económicamente al gobierno ecuatoriano para que este se comprometiera a que el petróleo de una parte del Parque Nacional Yasuní, el campo Ishpingo, Tiputini y Tambococha (ITT) se quedara para siempre en la selva. Se debía lograr sumar en un fideicomiso una cantidad de dinero equivalente a un tanto por ciento de lo que el Ecuador ingresaría a sus arcas de extraerse el petróleo. 

No se consiguió suficiente dinero, las cantidades aportadas quedaron muy por debajo de lo planificado y el gobierno ecuatoriano de aquél entonces suspendió la propuesta, dando paso en 2013 a la explotación petrolera en los bloques petroleros conocidos como Ishpingo, Tiputini y Tambococha (ITT).

Desde entonces, tanto los anteriores presidentes Rafael Correa y Lenin Moreno, como el actual Guillermo Lasso, se han llenado la boca de afirmaciones sobre proteger el Yasuní, su increíble biodiversidad y sobre la importancia de los pueblos indígenas que lo habitan. Estas falsas promesas no han impedido la extracción de petróleo y el desbordamiento de todos los límites establecidos por ellos mismos para minimizar los impactos.

¿Está usted de acuerdo en que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente en el subsuelo? es la pregunta que tendría que haber formulado el gobierno a toda la ciudadanía antes de que iniciara la explotación de petróleo en el Yasuní. En 2013 y 2014, el colectivo Yasunidos trabajó incansablemente para salvar el Yasuní, tomando como vía alternativa una consulta popular ciudadana sobre la extracción de crudo dentro de la selva del Yasuní- ITT. Recolectaron una a una 757.000 firmas. 

Sin embargo, pese a cumplir todos los requisitos, la consulta no se pudo realizar. El organismo encargado de verificar dichas firmas alegó que no se había alcanzado el número de firmas requeridas legalmente. 

Diez años de litigios retrasaron e impidieron que la consulta popular ciudadana se llevara a cabo por lo que recientemente se ha reconocido como un fraude electoral. Con las dificultades habidas a lo largo del camino, el movimiento de las Yasunidas y Yasunidos se ha hecho adulto de la mano de jóvenes que desde 2013 le dieron vida, como Antonella Calle. 

El nuevo reto del largo proceso consiste en que la jueza de la Corte Constitucional a cargo del caso, Carmen Corral, tiene que aprobar la pregunta mediante un dictamen de constitucionalidad. Pero parece estarse haciendo de rogar. También internacionalmente estamos a la espera.

“La pregunta todavía es válida”, alega Antonella ante quienes intentan restar valor a la iniciativa a favor de la explotación petrolera. De hecho, Yasunidos recomendará a la ciudadanía que voten “sí” por el Yasuní, pues “no es verdad cuando se argumenta que la explotación en el ITT es el fin de la pobreza para el Ecuador. Los ingresos del petróleo han rebasado las previsiones y la pobreza sigue ahí. Sólo han servido para enriquecer a unos pocos en este país y para la corrupción. El dinero puede sacarse de otras partes sin violar Derechos Humanos y de la Naturaleza en Yasuní”, es la reflexión de Antonella junto al colectivo Yasunidos.

Una vez que se despeje el camino se podrá avanzar por fin hacia el objetivo de proteger la biodiversidad y promover la justicia climática e intergeneracional y se podrá prevenir el genocidio de los pueblos indígenas que aún viven en aislamiento en el Yasuní. Son los motivos que mantienen a las Yasunidas sin descansar, a pesar de las dificultades, con acciones continuas como ocupaciones de ministerios, plantones y otras movilizaciones en las calles de Ecuador.

Nos solidarizamos con la importante campaña de Yasunid@s, que es también la nuestra.

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