Ruinas Maya de Ek Balam en Yucatán, México Vista de la selva tropical de Yucatán, con el yacimiento arqueológico maya de Ek Balam. Se trata de la mayor zona continua de selva tropical en Centroamérica (© borphy/istockphoto.com) Jaguar en la Reserva Biológica Indio Maíz, Nicaragua La Selva Maya es hogar del jaguar. Este felino necesita una selva intacta para poder sobrevivir (© Indio Maiz Reserva Biologica) Un árbol gigante de la selva rodeado de verde La selva tropical crece densa en el área de conservación adquirida por la cooperativa de mujeres Túumben K'óoben (© Sanz-Hess) Un grupo de personas mira hacia las copas de los árboles en la selva La cooperativa Túumben K'óoben y sus miembros entre los árboles de la reserva de selva que están creando para llevar a cabo su trabajo (© Sanz-Hess) Un jaguar captado parcialmente por una cámara trampa en la selva, por la noche Un jaguar ha caído en una cámara trampa instalada en la reserva de selva, fotografía nocturna (© Kamerafalle/Túumben K’óoben)

Mujeres indígenas maya de la cooperativa Túumben K'óoben protegen la selva tropical

La selva maya es la mayor zona continua de bosque tropical de Centroamérica y hogar de jaguares. Una cooperativa de mujeres indígenas quiere comprar parcelas de selva aquí para crear una zona de conservación y de este modo preservar la naturaleza y sus tradiciones, resistiendo al mismo tiempo a los proyectos extractivos en su región.

El proyecto en síntesis

TemáticasHábitats / Personas

Objetivo(s) Compra de selva tropical, Educación ambiental, Creación de centro agroecológico

Actividad(es) Compra de selva tropical, desarrollo educación ambiental, conservación de fauna y flora

La selva maya se extiende por la península de Yucatán hasta los países vecinos de Belice y Guatemala. La mayor zona contigua de bosque tropical de Centroamérica es uno de los ecosistemas más importantes del planeta y un corredor verde para muchas especies animales, como monos aulladores, tapires y jaguares.

Para el ecosistema, la cultura y tradición de los indígenas mayas, el felino depredador desempeña un importante papel. Los gobernantes mayas se adornaban con el poder y la elegancia del "Balam", como se llama al jaguar en su lengua. Hoy, pocas personas tienen la suerte de poder ver uno de estos animales en la selva.

El jaguar está en la cima de la cadena alimentaria y se alimenta de mamíferos y aves. Transporta las semillas de las plantas que han comido sus presas. Gracias a él crecen y florecen cientos de especies de árboles. Estabiliza el ecosistema forestal; sin el jaguar, la diversidad del mundo vegetal tropical se reducirá de forma preocupante.

La Selva Maya posee una extraordinaria biodiversidad, con más de 20 ecosistemas diferentes, desde las selvas tropicales perennifolias de Petén, en Guatemala, hasta los bosques de montaña y los bosques secos de la península de Yucatán, en México.

Si recorres la selva en Yucatán, pasas junto a árboles con espinas mientras los monos se columpian en lo alto. Entre las hojas puedes ver brillar el agua azul de un cenote. Estos sistemas de cuevas subterráneas son una peculiaridad geológica de Yucatán. En la región kárstica no hay ríos superficiales, y el agua potable es muy preciada. Los cenotes están llenos de agua dulce y son especialmente valiosos en los trópicos, donde la temperatura suele superar los 45 grados.

Para los mayas, los cenotes representan la entrada al inframundo, y a día de hoy muchos son lugares sagrados. Para construir complejos hoteleros en la Riviera Maya se destruyeron muchos cenotes.

Aún ocultos en la selva hay antiguos yacimientos mayas. La selva maya es no sólo un gran tesoro arqueológico, sino también biológico, con muchas especies endémicas que tienen su hogar sólo aquí.

En medio de esta selva tropical única se está planificando uno de los mayores proyectos de infraestructura de México: una línea ferroviaria para turistas. El "Tren Maya" conectará los balnearios de Cancún, Playa del Carmen y Tulum en la costa con los yacimientos arqueológicos mayas de Chichén Itzá a Palenque.

Se están talando millones de árboles para el "tren maya". Ya está en marcha la construcción de la línea ferroviaria, de 1.500 km. Se tala la selva tropical y se margina aún más a la población, mayoritariamente indígena. Se pretende que los indígenas trabajen principalmente como mano de obra barata en los sectores de la construcción y el turismo.

"Resistimos porque queremos preservar nuestra cultura y nuestros bosques como medio de vida", explican desde la cooperativa de mujeres Túumben K'óoben.

Cerca de esta línea de ferrocarril prevista, las mujeres indígenas maya quieren construir con su cooperativa un proyecto de protección de la selva tropical cerca de Felipe Carrillo Puerto, en el estado de Quintana Roo. Con el apoyo de Salva la Selva, se han comprado 51 hectáreas de selva tropical para este fin. En esta zona de selva intacta se han identificado muchas especies animales y vegetales en peligro de extinción; hay jaguares, ciervos y pavos salvajes.

Tras la compra de la selva tropical, todavía hay que registrar, legalizar y continuar con el estudio de la fauna y la flora con apoyo científico. Se ofrecerá educación medioambiental. En los próximos años se creará un centro agroecológico y se adquirirán y conservarán otras zonas de selva adyacentes.

La cooperativa de mujeres es una nueva aliada de Salva la Selva. Ya han desarrollado fuentes de ingresos alternativas en la región, como el cultivo de maíz, judías y frutas locales.

Con el nuevo proyecto quieren ampliar su campo de acción y dar a los habitantes de la región un futuro autodeterminado fuera del modelo económico impuesto del turismo de masas, preservar sus tradiciones y conservar la naturaleza.

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