Éxito: protección de la selva en lugar de explotación petrolera en Ecuador

Insecto en el Yasuni Yasuni (Foto Bejat M Cracken)

2 sept 2010

Se prevé que la importante reserva de petróleo situada al noroeste de la región amazónica, en una de las regiones más ricas en especies del planeta, no será explotada sino que permanecerá bajo tierra. Así se evitarán consecuencias negativas sobre el ecosistema único, sus poblaciones indígenas, y el clima global.

Los esfuerzos que durante años se han hecho en favor de un revolucionario proyecto de defensa de la selva tropical, el llamado Yasuni ITT, han dado un enorme paso adelante. El 3 de Agosto de 2010 se cerró un acuerdo entre las Naciones Unidas y el gobierno ecuatoriano. Se prevé que la importante reserva de petróleo situada al noroeste de la región amazónica, en una de las regiones más ricas en especies del planeta, no será explotada sino que permanecerá protegida. Así se evitarán consecuencias negativas sobre el ecosistema único, sus poblaciones indígenas, y el clima global.

Por la renuncia de Ecuador a las importantes fuentes de ingresos procedentes de la exportación de este petróleo, países industrializados deberán hacer pagos compensatorios de alrededor de 1.5 billones de dólares. Esta suma cubre alrededor de la mitad de los ingresos que Ecuador obtendría en el mercado mundial de la venta de los 850 millones de barriles de crudo pesado estimados. El dinero quedará en un fideicomiso, que será administrado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas. En la iniciativa están involucrados entre otros Alemania, España, Francia, Suiza y Suecia. Otros países como Noruega, Holanda o los Estados Unidos han mostrado igualmente interés.

El presidente Rafael Correa ya había adoptado en 2007 la propuesta de los ecologistas ecuatorianos y presentó la revolucionaria propuesta a la opinión pública mundial. El pequeño país sudamericano evitaría la extracción de petróleo, si la comunidad internacional cubría las pérdidas bajo el principio de la justicia climática. Los países industrializados tienen una deuda con los países en vías de desarrollo, ya los primeros producen gran parte de los contaminantes gases invernadero. Sus consecuencias negativas las sufren sin embargo los países pobres del sur, por lo que el Norte estaría obligado a pagar su deuda ecológica.

La extracción de petróleo en la selva ecuatoriana comenzó en los años 70 bajo el liderazgo de Texaco (que pertenece hoy a Exxon). En 2001, el banco alemán WestLB financió la construcción de un oleoducto de crudo pesado OCP. Salva la Selva realizó una campaña intensiva de protesta contra su construcción y financiación entre el 2001 y 2003. La organización apoyó la iniciativa Yasuní ITT desde el principio y en este sentido se manifiesta muy satisfecha por el acuerdo recientemente logrado. En Mayo de 2007 la organización inició “El petróleo debe quedar en la tierra – Acción por el Parque Nacional Yasuní en Ecuador”, en la que participaron más de 13.000 personas. El reportaje “Lucha por la Selva” (Kampf um den Regenwald) “Lucha por la Selva” (Kampf um den Regenwald) emitido el 7 de Julio por la segunda cadena de la televisión alemana se realizó con la colaboración de Rettet den Regenwald/ Salva la Selva y reportó sobre los indígenas achuar en la selva. Entre los entrevistados aparece Klaus Schenck, de Salva la Selva, y responsable de la campaña de Bosques y Energía de la organización.

Salva la Selva se involucró también en la elaboración del “Manifiesto para adherir: El camino hacia otro modelo energético-climático”, una iniciativa de diversas organizaciones ecologistas y sociales para apelar a que los gobiernos europeos contribuyan política y económicamente a la iniciativa Yasuni.

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